Quique Setién se mantiene inmune a las críticas que está recibiendo el FC Barcelona por los pobres resultados, el pobre juego y la crisis con la que han acabado la Liga. El título del Real Madrid ha colocado al cántabro al borde del despido, que de momento esquiva, pero admite que esto es una sensación que no le es ajena.
«El día que llegué dije que iba a disfrutar hasta el último día. Sigo disfrutando a pesar de las circunstancias y jamás pensé que esto sería fácil. La derrota siempre es una opción a la que hay que sobreponerse, pero no estoy viviendo nada que no haya vivido antes. En ningún momento he tenido la sensación de quererme marchar», zanjó sobre si iba a dimitir o no.
En cuanto a la reunión con Bartomeu, Setién no ahondó en muchos detalles. «La inquietud que tenemos todos por mejorar es evidente y tratamos de encontrar soluciones. La reunión consistió en preparar el futuro. Somos conscientes que tenemos por delante un reto muy atractivo», afirmó.